
“El tiempo es muy lento para los que esperan, muy rápido para los que tienen miedo, muy largo para los que se lamentan, muy corto para los que festejan. Pero para los que aman, el tiempo es eternidad". (William Shakespeare)
Se acaba el tiempo. Te irás, me iré, y me pregunto si habré dejado huella en tus recuerdos.. si recordarás en algún momento, bajo el cielo de esa gran ciudad que te espera, que hubo un tiempo en que reíste conmigo.. que una vez comenzaste a contarme tus miedos. Casualidades de la vida nos cruzaron en el camino, y ahora nos separan. Siempre llego tarde.
Me resigno porque no es el primer tren que se me escapa.. y no será el último. Sé lo que se hace en estos casos, algo he aprendido, y ya no me quedo de pie en la estación por mucho tiempo.. sólo el necesario para volver a ilusionarme.
Te echaré de menos, y echaré de menos esos mil pequeños detalles que me hacían feliz por instantes. Se puede vivir pendiente de una sonrisa.. me enganché a ella sin quererlo, sin darme cuenta, empecé a necesitarla. Ahora me dejas sin ella. A veces tengo la impresión de que las personas pasan por mi vida, se quedan lo suficiente como para que les coja cariño, y luego se marchan. Y yo, amoldándome a las circunstancias, he tenido que acostumbrarme a olvidar.
Pero esto no es una despedida porque sé que la vida da muchas vueltas y sé que esta vez es un poquito diferente.. esta vez volverás. Y sólo pido que cuando eso ocurra todo siga igual. Quiero reconocer entonces en tu mirada al niño que un día tocó mi alma para siempre.
Por cierto.. hoy ya no tengo dudas.. ¿demasiado tarde?...