31 marzo 2008



Y si un día la vida decide besarme en la boca
prefiero que sean tus labios al lado del mar;
porque soy de esa clase de tipos que pierden por norma,
soy de esa clase de hombres que suelen llorar.
Y aunque vivo hasta el final
nunca encuentro mi mitad
Quiero que sea esta noche
tu noche y la mía....

Viniste anoche, entre las estrellas, susurrándome esta canción de Revólver...

25 marzo 2008

Renacer


"Nino geopolítico mirando el nacimiento del nuevo hombre"
Salvador Dalí, 1943.

De niña me gustaba escribir en un diario, en un rincón de mi habitación frente a la ventana. Mi alma por unos instantes traspasaba esa ventana y se perdía serena imaginando viajes increíbles, príncipes azules, amores incondicionales.. que estaba segura de que algún día llegarían y aún hoy sigo pensándolo. Intento recordar cómo me imaginaba a mí misma en aquella época cuando tuviera la edad que ahora tengo, y sin duda compruebo lo idealizada que está la edad adulta en la mente de un niño. Empezando por que hoy tengo mis dudas sobre cuándo comienza uno a ser adulto.

Aún guardo esos diarios, y los libros, la mayoría de María Gripe, que inspiraban muchas de mis reflexiones. Los leo y a veces siento una punzada de nostalgia pensando si me estaré fallando.. si estaré decepcionando a aquella niña que soñaba con ser una mujer libre, independiente, sin miedos, y con una única meta en la vida que resumiera el sentido de todas las demás pequeñas metas: amar, por encima de todo. Lo pienso.. y creo que no, me tranquiliza saber que en el fondo soy fiel a mí misma. Pero eso sólo no sirve, no es más que un consuelo. Los deseos, los sueños, los ideales, están hartos de ese sueño eterno al que han sido condenados en lo más profundo de mi alma. Empiezan a rebelarse, hay días que queman... es un fuego que purifica y me invita a renacer.

He pasado todos estos años preparándome, estudiando, sacrificando muchas cosas por algo que no sabía si era mi vocación pero que con el tiempo aprendí a amar. Hoy sé que no podría haber sido otra cosa. Que todo tiene un por qué. Sin embargo en menos de dos meses estaré recorriendo sola ese camino que sólo yo he elegido, he luchado por estar ahí y en mis manos están las herramientas para que las cosas salgan bien. Será la hora de romper el cascarón y salir al mundo.. renacer y pensar qué es lo que quiero hacer con esas herramientas, porque ahora sí que depende de mí hacer realidad aquellos diarios.... y liberar tanta energía acumulada tras la dulzura de una sonrisa infantil... y todo ello, intentando no perderla...

09 marzo 2008

Cometas en el cielo



Anoche viajé a Afganistán. Fueron dos horas intensas, en las que sentí miedo, angustia, indignación,.. pero también hubo momentos de reflexión, ternura y al final una indescriptible sensación de paz interior.

Nominada al Oscar a la mejor banda sonora, Cometas en el cielo es una obra de arte. Está dirigida por Marc Forster (Descubriendo Nunca Jamás) y basada en la novela del médico de orígen afgano Khaled Hosseini "The Kite Runner". Cuenta la historia de una amistad infantil en el Afganistán de los 70, un exilio tras la intervención soviética, y una dura vuelta del protagonista a sus orígenes, a un país destruído por las guerras y el régimen talibán, para intentar paliar los errores de la infancia. No era mi intención ver esta película, pero un acertado cambio de planes me llevó a ella. Creo que es una de esas historias que necesitan ser contadas, imprescindibles en este mundo revuelto en que vivimos, para entender, comprender, ver más allá... Forster la describe como "una carta de amor a Afganistán". Y no cuento más de la historia; te animo a que vayas al cine y la vivas.

Impresionante la interpretación de Khalid Abdalla, este joven actor inglés de padres egipcios consigue transmitir tanto con un sólo gesto, una mirada, que intuyo que no va a pasar desapercibido y que en adelante vamos a poder disfrutar de él mucho más a menudo en la gran pantalla.

Un regalo también es el trabajo de Zekeria Ebrahimi y Ahmad Khan Mahmidzada, dos niños afganos convertidos en protagonitas de una película que ha dado la vuelta al mundo.

En este enlace puedes disfrutar de una entrevista a Khalid:
http://www.rottentomatoes.com/news/1694079/

Y para conocer un poco más Afganistán,
http://es.wikipedia.org/wiki/Afganistán

04 marzo 2008

Mariposas



Si se callase el ruido
oirías la lluvia caer..
limpiando la ciudad de espectros,
te oiría hablar en sueños
y abriría las ventanas.
("Si se callase el ruido", Ismael Serrano)

Sonaba esta canción en la radio cuando me he despertado, y he comenzado el día tarareándola. Una canción perfecta para un día lluvioso. No sabes dónde ni cuándo pueden volver los recuerdos, como dice la escritora india Arundhati Roy, son mariposas que posan sus patitas heladas en el alma.. después las van levantando, lentamente, una a una.. y se van como vinieron.. volando. Aunque te dejan una sensación extraña durante un tiempo.

Mariposas que vienen atraídas por una simple canción.. o a veces por unas palabras inocentes, que, en una conversación tonta en las butacas de un cine a la espera de que se apague la luz, formulan una pregunta. La pregunta.

¿Qué pasó?... y espera que conteste en un par de frases, no más, porque la película está a punto de comenzar y la conversación no puede durar mucho. Dudo unos instantes si decirle que "luego te cuento".. pero contesto, tratando de resumir, de una forma superficial, vana, infantil... y la dueña de la pregunta se da por satisfecha. Sonríe y murmura un cómplice "Ah ya...". Y comienza la película. No puedo evitar repetirme la pregunta, esta vez para mí... ¿qué pasó?. Y sorprendentemente me respondo tranquila, sincera, a pesar del halo de melancolía que por unos segundos me ha envuelto. Mi cinéfila compañera jamás lo entendería. Nada. Ese es el problema.. que nunca pasa nada. Y la mariposa helada se va.. no le gustan las respuestas claras.

Pero el frío que deja no se va tan rápido... es curioso porque, paradojas de la vida, he necesitado que llegara este día lluvioso, y que me pillara una buena granizada para entrar en calor. Me ha hecho falta escuchar la lluvia sobre mi paraguas, el viento helado en la cara.. y ha merecido la pena. Sólo por cruzarme con una mirada cálida, sonriente, siempre a la misma hora, siempre por el mismo sitio, siempre las mismas palabras. Sólo dos palabras para cambiarme la cara. Puede que, después de todo, mi corazón no sea tan distinto del de aquella niña que conociste.

Si me lo hubieran contado.. no me lo habría creído.