11 mayo 2008



Veladas al lado del fuego, abriendo el alma a los amigos. Silencio, miradas y música de fondo. Olor a chocolate, a café. El frío en la nariz de una noche de invierno. El calor aún tímido del nacimiento de un nuevo día de verano. Mariposas que vuelan ligeras, que surgen como de la nada y adornan las calles, como confeti caído de algún lugar del cielo. Celebran la fiesta de la vida. Párate, siéntelas. No siempre las vemos.

Hay días en los que despierto, días en los que algo me recuerda que tal vez no esté aprovechando del todo ese regalo que me fue concedido sin merecerlo. Somos casualidad. Seres envueltos en magia, dotados de algo que nuestra inteligencia no alcanza a comprender, algo que nos hace únicos, inmensos, eternos. Somos simples, nos pierde una sonrisa; y también fuertes, caemos y nos volvemos a poner en pie.. tantas veces..

Vemos lo que somos. Somos lo que amamos. El mar. La brisa. Los críos. Los helados. Un buen libro. Las aves que vuelven cada año, y nos encuentran en el mismo lugar, mirando al cielo... no perdemos la esperanza. La nieve. El roce de una mano, el brillo en las pupilas que anuncia el comienzo, el inicio de algo grande, tan viejo como el mundo y a la vez tan nuevo. La vida que se reinventa cada día. El universo que explota... y en nosotros que tenemos el inmenso privilegio de abrir los ojos cada amanecer para sentirlo, para verlo... algo explota también por dentro...

07 mayo 2008

Si te miro



Si te miro, después de tanto tiempo, veo en tus pupilas reflejada mi mentira. Consigues que la reconozca, que llegue a ser sincera conmigo misma.. aunque sólo sea por un instante, lo justo para que no duela.

No es verdad que formes parte del pasado, que seas un recuerdo más de esos años en la facultad, que otros hayan conseguido tocar mi alma y colgarte el título de amigo, casi hermano.. suena bonito, quiero creerlo, pero no es verdad. Me ha costado mucho convencerme de mi mentira y no quiero volver atrás. Ahora todo está bien. Aunque de vez en cuando la vida te traiga a mi mundo y te lleve de nuevo, sacudiendo de mi alma esos amores que disfrazan la nostalgia, que me ilusionan de nuevo, llenan mi vacío, y me hacen feliz de alguna manera.

Cuando vuelvo a encontrarte y te tengo delante, siento la diferencia. A tí no te hacen falta adornos, mi cariño hacia tí es el mismo, incluso desaliñado, con barba de tres días y carita de sueño. Es un cariño alimentado por los años, casi fraternal.. pero con algo que lo hace distinto. A ellos les he dedicado ya varias de estas notas de viaje.. a tí, y me sorprendo al pensarlo, creo que es la primera.. A ellos, ahora me doy cuenta... no les podría decir te quiero.

El día que pueda mirarte a los ojos y ver en ellos simplemente a mi mejor amigo, quizás te cuente todo esto.. hoy no puedo. Hoy, dejaré que vuelvas a dormir, tranquilo, en lo más profundo de mi corazón. Hasta la próxima vez, hasta el próximo encuentro, hasta que tú quieras. Yo mientras tanto seguiré dedicando palabras a mis príncipes azules, eso me resulta algo más fácil, y duele menos. Si no te dedico más líneas entre todos estos pensamientos escritos es porque, al fin y al cabo, tú estás detrás de todo lo que escribo.
Ahora duerme...

Aunque tú no lo entiendas
nunca escribo el remite en el sobre
por no dejar mis huellas..
(Quique González)