04 marzo 2008

Mariposas



Si se callase el ruido
oirías la lluvia caer..
limpiando la ciudad de espectros,
te oiría hablar en sueños
y abriría las ventanas.
("Si se callase el ruido", Ismael Serrano)

Sonaba esta canción en la radio cuando me he despertado, y he comenzado el día tarareándola. Una canción perfecta para un día lluvioso. No sabes dónde ni cuándo pueden volver los recuerdos, como dice la escritora india Arundhati Roy, son mariposas que posan sus patitas heladas en el alma.. después las van levantando, lentamente, una a una.. y se van como vinieron.. volando. Aunque te dejan una sensación extraña durante un tiempo.

Mariposas que vienen atraídas por una simple canción.. o a veces por unas palabras inocentes, que, en una conversación tonta en las butacas de un cine a la espera de que se apague la luz, formulan una pregunta. La pregunta.

¿Qué pasó?... y espera que conteste en un par de frases, no más, porque la película está a punto de comenzar y la conversación no puede durar mucho. Dudo unos instantes si decirle que "luego te cuento".. pero contesto, tratando de resumir, de una forma superficial, vana, infantil... y la dueña de la pregunta se da por satisfecha. Sonríe y murmura un cómplice "Ah ya...". Y comienza la película. No puedo evitar repetirme la pregunta, esta vez para mí... ¿qué pasó?. Y sorprendentemente me respondo tranquila, sincera, a pesar del halo de melancolía que por unos segundos me ha envuelto. Mi cinéfila compañera jamás lo entendería. Nada. Ese es el problema.. que nunca pasa nada. Y la mariposa helada se va.. no le gustan las respuestas claras.

Pero el frío que deja no se va tan rápido... es curioso porque, paradojas de la vida, he necesitado que llegara este día lluvioso, y que me pillara una buena granizada para entrar en calor. Me ha hecho falta escuchar la lluvia sobre mi paraguas, el viento helado en la cara.. y ha merecido la pena. Sólo por cruzarme con una mirada cálida, sonriente, siempre a la misma hora, siempre por el mismo sitio, siempre las mismas palabras. Sólo dos palabras para cambiarme la cara. Puede que, después de todo, mi corazón no sea tan distinto del de aquella niña que conociste.

Si me lo hubieran contado.. no me lo habría creído.

7 comentarios:

Meg dijo...

Un dia lluvioso siempre trae consigo recuerdos, sorpresas y cosas que no podemos apreciar a simple vista porque la lluvia lo purifica todo y trae consigo tanto calma como cambios nuevos e inesperados.

Nada mejor que un dia lluvioso para sacudirnos un poco.

Beth dijo...

Cuando los días están muy grises prefiero que no tarde mucho en llover. Parece que el agua se llevará todo lo malo.

JUANAN URKIJO dijo...

Tu relato de hoy es todo un regalo, Mehreen. Tus mariposas me han hecho sonreír, tal vez porque se han posado en alguna emoción que tenía escondida y la han resucitado de tu parte.
Y, sí, estoy convencido de lo que tú quizá sólo presumes: Tu corazón es exactamente aquél, el mismo que tenía aquella niña a quien no tuve la enorme suerte de conocer.

Un beso, aún con un pequeño escalofrío de patitas heladas.

Vivianne dijo...

Los dias lluviosos son melancólicos, a mi me decaen, me dejan sabor amargo en el paladar, en la piel, es como si la lluvia traspasara mis sentires y eso me debilita, prefiero los dias soleados me llenan de energía siento que iluminan mi alma, es bello tu escrito pero me deja dubitativa...

none dijo...

La lluvia nos trae tanto y a su vez, tanto se lleva... Lo mismo q la memoria, los recuerdos... Tanto nos hacen felices, como luego nos entristecen por ser solo eso...
Los corazones nunca cambian mas q de fachada... Al fin y al cabo, seguimos siendo por dentro esos niños q a veces tanto tememos perder... Y otras tantas tememos q salgan a la luz...
Q tan contradictorios podemos ser??

Me alegró leerte Mehreen... =D
Un abrazo...

Itami dijo...

Solo con la lluvia soy capaz de aclarar tantas y tantas cosas que alguna vez pasaron por mi cabeza y no tuve tiempo de asimilar...

"Si me lo hubieran contado en aquel momento... Me lo habría creído."

Anónimo dijo...

RECUERDAS cuando en invierno llegamos a la ISLA?

EL MAR hacia nosotros levantaba una copa de frío.

En las PAREDES las enredaderas susurraban dejando CAER HOJAS oscuras

a nuestro paso.


TÚ ERA TAMBIÉN una pequeña hoja
que temblaba EN MI pecho.

El viento de la vida ALLÍ TE PUSO.


En un principio NO TE VI: NO SUPE QUE IBAS andando conmigo,

HASTA QUE TUS RAÍCES horadaron mi pecho,
se unieron a los hilos DE MI SANGRE,

hablaron por mi boca,
FLORECIERON CONMIGO.

Así fue
tu presencia INADVERTIDA,

HOJA O RAMA invisible

y se pobló de pronto mi corazón
DE FRUTOS Y SONIDOS.

Habitaste la casa QUE TE ESPERABA oscura

y

ENCENDISTE LAS LÁMPARAS entonces.