16 septiembre 2009

Palabras calladas



Las palabras se agolpan en mi mente y no encuentran salida. Algo en mí que intenta protegerme de mí misma se lo impide. Es mejor callar. Es mejor dejar que duerman tranquilas, silenciosas, en algún rincón del alma, hasta que un buen día no despierten más. Como si lo que no se dice no existiera, como si el silencio fuese capaz de hacerme olvidar.

Camino descalza, sobre la arena húmeda de la playa, escuchando los tambores en la noche, llenándome de ese mar en calma que la luna ha teñido de plata. Respiro. Me dejo llevar por esa paz, esa brisa nocturna que trae un aroma de esperanza. Me olvido de la rutina, me olvido del trabajo, de las duras guardias, de ir deprisa a todas partes, de los horarios.. y cuando lo olvido todo, curiosamente, me acuerdo de tí.

Pero es un recuerdo controlado, censurado. Intento no perderme en detalles, no pensar más que lo justo, no recordar más de lo debido.. no amar más de lo necesario. Por eso callo, no pienso, no escribo.. porque en el momento en el que me alejo del mundo y me doy tiempo para mirar hacia adentro, vienen a mí palabras, sonrisas, gestos, miradas... y ahora que no estás aquí, si me dedicara a recrearme en cada una de ellas, sólo conseguiría alimentar la melancolía.

Así que vuelvo a ser la chica de la sonrisa callada. No estoy triste. Sonrío siempre, o eso dicen, porque tengo demasiadas cosas que agradecerle a la vida. Pero en ocasiones me siento extraña, en un mundo que se mueve a un ritmo que no sigo, llena de por qués que no me atrevo a responder, con amigos a los que quiero pero que no permito que lleguen a conocerme a fondo.. porque quizás descubrirían que en algunos instantes, momentos fugaces del día a día, puedo llegar a sentirme tremendamente sola.

Y ahora que mi playa se empapa con la lluvia que está cayendo.. me dejo llevar y escucho en la radio una canción que supera esos esfuerzos de filtrar recuerdos, me supera..

Llueve y las aceras están mojadas,
todas las huellas están borradas
la lluvia guarda nuestros secretos
Llueve, y en mi ventana te echo de menos
los días pasan y son ajenos
el frío me abraza y me parte en dos
La lluvia cae sobre los tejados donde fuimos más que amigos
recuerdo que dormimos al abrigo del amanecer
Los bares han cerrado, ya no hay copas
la lluvia hoy mojará mi ropa
si tu no estás aquí
Si tu no estás, me duelen más los años
las heridas me hacen daño
si no vuelvo a oír tu voz
Llueve, y las palabras se quedan mudas
todas las noches las mismas dudas
¿qué fue de todos aquellos besos?
Llueve, y se enmudece la primavera
cuento las veces que el sol espera
para secar de lluvia la acera
para secar de lluvia el tejado donde fuimos más que amigos
recuerdo que dormimos al abrigo del amanecer
Los bares han cerrado, ya no hay copas
la lluvia hoy mojará mi ropa
si tu no estás aquí
Si tu no estás, me duelen más los años
las heridas me hacen daño
si no vuelvo a oír tu voz.


(La Lluvia. Carlos Matari)

7 comentarios:

Beth dijo...

:( no estés triste...como bien dices si tienes que agradecerle mucho a la vida, has de sonreir más por dentro, pero de verdad, con fuerza...

:) un beso con sonrisa

Duna dijo...

Me he sentido muy identificada con esta entrada, es como si hubieses sacado todo eso de mis pensamientos. Tampoco mis amigos me conocen a fondo, no saben cuánto llega a dolerme su ausencia, cuánto llego a echarle de menos, cuán sola me siento en medio de un montón de gente... Tampoco él lo sabe. Tampoco yo soy realmente feliz, aunque tengo muchas razones para serlo. Pero me falta algo...

¡Mucho ánimo! Esperemos que el tiempo nos ayude a curar las heridas.

mara dijo...

Me uno a tí en lo sentimental.
Sé que no estás sola.
Abrazos.
Mara.

Anónimo dijo...

Te echo mucho de menos.

JMSalvador dijo...

Querida "estrella":

Curiosamente este blog cayó en mis manos sin pedirlo. Tal vez en mi subconsciente estaba buscando algunas palabras que me reconfortaran y me dijeran como seguir paseando por esa playa que yo tengo de sentimientos.
Te contaré, esperando no molestarte, que hace tiempo conocí a alguien que me llenó el alma y que hoy en dia, aún no he olvidado. Mi amado amigo me dejó por otra persona despues de meses de lucha interna consigo mismo e incluso "me obligó", en parte, a dejar a mi pareja anterior por él, dejando detras de mi un haz de amargura y desosiego.
Cuando quise echarme en sus brazos, ya era demasiado tarde. Tel vez no me quiso esperar o tal vez jugó con mis sentimientos.
Ahora, cuando sigo paseando por esa playa, lejos de la rutina de la vida que llevo, sigo acordandome de él y mi lluvia sigue azotando mi corazón despues de tanto tiempo...
Aún replíca en mi sus palabras y sus promesas de te quieros continuos y esperanzas. Mis llamadas y mis preguntas y mi sinceridad para con él siempre fiel...
Comprendo ese dolor, y tal vez, yo sea una de esas almas tristes de las que hablas y de las que aun siguen caminando por el ancho sendero de esta vida, que para mi, es tan tortuosa.
Deje a mi farero malagueño subido en su montaña porque él se enamoró de la luna.
Ahora, me cambió de rumbo. Del castizo Madrid a las ramblas de Barcelona pero aún sigue corriendo por mis venas, mi amor por él aunque tal vez, nunca haya sabido apreciarlo.
Un beso y gracias por tus palabras...
JMS

Mehreen dijo...

JMSalvador, mil gracias por compartir tu historia.. siento tu tristeza, y siento que las cosas no salieran como esperabas, pero sé que en esa playa de recuerdos hay un huequito de luz, de esperanza.. y sé que un día esa estrella que está por venir llegará, no lo dudes. Mientras tanto tan sólo nos queda continuar caminando con el alma bien abierta a la esperanza.. Que nada apague tu luz. Un abrazo enorme, y mis mejores deseos. Gracias por pasarte por aquí y regalarme un poquito de tu tiempo :)

Anónimo dijo...

Lanza una botella al mar..

GAVIOTA.