19 agosto 2006

La piel del cielo


"-Mamá, ¿allá atrás se acaba el mundo? (...)
Lorenzo miraba el horizonte enrojecido al atardecer"

Así comienza un libro precioso, La piel del cielo, de Elena Poniatowska. ¿Qué me dices? ¿hay algo más bonito que contemplar las estrellas?. Sí, lo hay. Contemplar las estrellas sobre el mar, desde una playa o acantilado, preferiblemente en una noche de verano, intentando distinguir en la oscuridad la línea que separa el cielo del mar. ¿Lo has vivido?. Entonces habrás sentido esa sensación de eternidad, esa sensación de estar vivo y conectado al resto del universo. Los pequeños traspiés cotidianos se minimizan, se esfuman los fantasmas con la brisa del mar, y todo se transforma en relativo. Nada es tan importante, y no hay nada que carezca de importancia.

Quizás entonces hayas visto pasar una de esas estrellas mágicas, una estrella fugaz. Como esta que ves aquí arriba...

Lo que les pasa a las estrellas fugaces es que son un tanto orgullosas. Se creen las únicas capaces de hacer realidad nuestros deseos. ¿Te cuento un secreto?, en realidad no son tan imprescindibles. Nosotros mismos nos bastamos para llevar a cabo nuestros sueños, aunque nos empeñemos en pedírselo a ellas. La magia está en tí y en mí. Sólo necesitas deshacerte de tu miedo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

En la noche "entraré" a robar una rama florida.

"Pasaré" el muro,

en las TINIEBLAS DEL JARDÍN ajeno,

DOS SOMBRAS en la sombra.

Anónimo dijo...

que dsices dela frase en su cofradio