
El camino misterioso va hacia el interior. Es en nosotros, y no en otra parte, donde se halla la eternidad de los mundos, el pasado y el futuro.
(Friedrich von Hardenberg)
Nos preparamos para despedir el año con un puñado de buenos propósitos e ilusiones. Mañana, a pesar de que esta noche sea igual a las del resto del año, cuando la luz del 1 de Enero nos despierte, nos sentiremos renovados. Necesitamos tener una fecha para marcar un antes y un después, un motivo para volver a empezar, algo que dé luz verde a los buenos sentimientos.. quizás en ningún otro momento expresemos nuestro mejores deseos a aquellas personas que queremos como lo vamos a hacer esta noche.
A pocas horas del inicio de un nuevo año, es inevitable hacer un repaso a ese álbum de recuerdos que cada uno tiene en el alma. Te propongo que le echemos un vistazo juntos, juntas.. Son fotos esparcidas por cada rincón, instantáneas que creías olvidadas y que, en noches como esta, vuelven a aparecer y lo hacen acompañadas de mil detalles.. un olor, una voz, una risa, unas palabras, una canción... que han pasado a formar parte de ti.
Tendemos a recordar lo bonito, aquello que nos ha hecho felices. Quizás, si cierras los ojos, puedas tú también volver a revivir esos momentos.. a mí me pasa. Y no puedo evitar una sonrisa. Me gusta pensar que, cuando hace exactamente un año estaba sentada aquí mismo despidiendo el 2006, ni siquiera podía imaginar que me esperaban esos pequeños instantes de magia. Y es por eso que siempre me ilusiona recibir un nuevo año.. por todas las cosas que nos están esperando. Mejor dicho.. no están, sino que simplemente.. surgen. Lo bello sale a nuestro encuentro, nace a cada paso que damos. Sólo hay que sentirlo. Sólo hay que vivir. Todo invierno esconde una primavera, todo rostro guarda una sonrisa.
Y con cada paso aprendo a vivir.. a conocerme y conocerte. Sólo caminando se aprende, y se descubre que el camino no siempre es fácil, pero las lágrimas me enseñan a disfrutar con mayor intensidad de los momentos felices y a levantarme tras los errores y desilusiones. Porque aunque la desilusión es el peligro del soñador, me niego a dejar de soñar.
Dado que en el ámbito profesional mi vida va a dar un giro importante en este año que estamos a punto de estrenar, podría escribir una inmensa lista de buenas intenciones, pequeñas promesas a mí misma.. pero esta vez prefiero dejar que todo surja. Sin planes. Sin plazos. Que venga la vida y me encuentre dispuesta a seguirla allá donde quiera llevarme. Te deseo que el amanecer del 1 de Enero te sorprenda con una sonrisa sincera en los labios.. y que nada ni nadie consiga borrártela en este nuevo año.
Feliz 2008 a todas mis estrellas..